Todo el proceso de combustión está automatizado y controlado por un microprocesador. El combustible frío se almacena en un tanque herméticamente sellado. Al activarse, el dispositivo utiliza solo una pequeña cantidad necesaria de combustible y lo transporta al evaporador. Allí, una pequeña cantidad de bioetanol se calienta hasta convertirse en vapor, que luego se distribuye y se quema en el quemador. La llama no entra en contacto directo con el combustible líquido. Gracias al tanque de combustible aislado y los ventiladores de enfriamiento, la temperatura del combustible de etanol se mantiene baja y segura. Un microprocesador se comunica con varios sensores en la chimenea y controla todo el funcionamiento. La chimenea le notifica sobre cualquier actividad con una señal acústica y un mensaje en la aplicación móvil. El control sobre la chimenea a distancia es muy conveniente y elimina el riesgo de errores humanos. –>Leer más

Una bomba automática especial hace que la recarga del combustible sea rápida y sencilla. Mire el video que muestra todo el proceso de recarga.